Un filtro fotográfico es básicamente un accesorio que se coloca en la parte frontal del objetivo. Sus funciones son múltiples, pero básicamente son la de crear efectos finales en las fotografías tomadas.
Estos filtros, que se anteponen al objetivo, sirven para controlar/modificar la luz que incide en el sensor (si es digital) o en la película (si es analógica).
El filtro puede ser un cristal cuadrado que se acopla al objetivo gracias a un accesorio, llamado portafiltros.
Este portafiltros se enrrosca al objetivo y permite intercambiarlos o incluso colocar varios al mismo tiempo.
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